Como se ha demostrado en investigaciones anteriores, el conocimiento a nivel general de información basada en datos objetivos relacionada con las nanotecnologías (NT) sigue siendo escaso tanto en Europa como en otros lugares del mundo. Esta situación implica que los ciudadanos presentan una tendencia a crear sus percepciones y actitudes relativas a las nanotecnologías en base a predisposiciones ideológicas, valores personales o claves derivadas de los medios de comunicación de masas. Los canales de medios asumen por tanto una gran responsabilidad a la hora de crear opiniones, establecer conocimiento de las tecnologías emergentes y hacer que el público participe en continuos debates de carácter tecnológico – científico.
El proyecto Nanochannels, financiado según el VII Programa Marco para Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Comisión Europea, constituye un ejemplo de esfuerzo concreto para hacer que el público en general participe en debates relacionados con NANO mediante la exploración de una serie de canales de medios.
La base para las actividades del proyecto, entre las que se incluyen una campaña de prensa y medios para aumentar el conocimiento relacionado con las nanotecnologías (NT), ha sido un estudio empírico de opinión pública llevado a cabo por el Centro de Innovación Social (ZSI).
El objetivo del trabajo empírico ha sido la exploración del modo en que los canales de comunicación (incluyendo las redes sociales) pueden dirigirse e informar mejor al público en general sobre aspectos relacionados con las nanotecnologías (NT). Un importante objetivo de la investigación ha sido identificar la manera en que las personas que por lo general poseen un escaso interés por debates de índole tecnológico – científica pueden ser abordadas e informadas sobre nuevos desarrollos en el campo de NT (con la intención de reducir la escasez de conocimientos). A su vez, las preferencias de información y comunicación y las necesidades de aquellas personas que ya poseen una cierta participación en el debate relacionado con NT, han sido estudiadas de forma comparativa. También se ha propuesto otro enfoque relacionado con la función de las redes sociales y los métodos participativos a la hora de hacer que el público participe en el debate sobre NT.
El trabajo empírico, desarrollado durante la primavera de 2011 en varios países europeos y en Israel, incluía debates de grupos orientativos con grupos objetivo específicos (deportistas, padres, comerciantes y personas mayores), entrevistas telefónicas con expertos dedicados a comunicaciones por NT y un cuestionario global en línea en siete idiomas (inglés, alemán, español, italiano, francés, rumano y hebreo). El cuestionario en línea ha sido realizado por 1334 entrevistados de casi 50 países. No se pudo obtener una muestra representativa del público sin conocimientos de esta materia, por lo que la muestra está mediatizada hacia el público que se interesa por NT.
Un primer hallazgo de la encuesta y los grupos de debate ha sido que el nivel de conocimientos relacionados con NT es bastante bajo en todos los países. Ha resultado ser especialmente escasa la información que posee el público relativa a reglamentos, normativas y legislación de NT. También se puede decir lo mismo acerca de aspectos éticos, sociales, medioambientales y de seguridad relacionados con NT (consúltese la figura 1). Dicha situación contrasta claramente con los principales intereses expresados por las personas sin conocimientos en la materia relacionada con NT, es decir que prefieren estar informadas acerca de reglamentos, riesgos y beneficios de aplicaciones de NT, en lugar de estarlo sobre conocimientos técnicos.
En segundo lugar, se ha podido constatar que casi nadie ha considerado que la NT pudiera ser por lo general negativa o constituyese una amenaza. Estas personas se han mostrado bastante abiertas a las nuevas tecnologías en sí (o al menos no han demostrado un rechazo general a la NT), no obstante han mostrado opiniones diferenciadas sobre productos y aplicaciones específicos. De hecho se creaba incertidumbre al informar a estas personas la existencia en tiendas de productos fabricados con nanotecnología, aunque no es necesario que dichos productos vayan etiquetados como tal. Esto demuestra que si se genera conocimiento sin ofrecer información detallada se crea inseguridad; lección que debe considerarse en el proceso de comunicación científica.
A su vez, una confianza relativamente alta en los organismos normativos de cada país hace que se reduzca la preocupación generada por productos fabricados con NT. En todos los países, estos productos han sido considerados de confianza una vez que han llegado a las tiendas, ya que se asume que han pasado por suficientes controles de calidad a escala nacional. Así, en una primera reacción, el público no ha visto la necesidad imperiosa de recibir información adicional sobre los productos o la tecnología como medida de protección.
No es sorprendente que los participantes fueran más críticos cuando se trataba de productos que se aplican en la piel o el cuerpo, así como productos para niños. No obstante, tampoco se observa aquí ningún rechazo general. El mensaje claro es, no obstante, que el público desea recibir información relacionada con los efectos de productos que aplicamos en el cuerpo y con las razones por las que es necesario utilizar NT en un cierto producto. Existe también gran consenso entre todos los participantes del estudio de que los productos fabricados con NT deben ir etiquetados de alguna manera.
Más evidente que una actitud general positiva o negativa hacia la NT ha sido el cuestionamiento de la utilidad real de la misma, en el sentido de “si necesitamos toda esta tecnología”. Por tanto, la información que interesaba al público en primer lugar eran los beneficios extra que pueden obtener al comprar productos desarrollados con nanotecnología, considerando por supuesto los posibles riesgos e impactos de la misma. El interés del público por la nanotecnología depende en gran parte del área de aplicación de la misma (consúltese la figura 2). Más altas eran las expectativas relacionadas con el uso de NT en productos y aplicaciones destinadas al área de la salud y los tratamientos médicos, así como en electrónica. También se ha demostrado que la medicina y la sanidad son las áreas de aplicación en las que el interés público y los conocimientos relacionados con desarrollos de NT son más elevados. En el caso de productos en los que la importancia inmediata de la investigación tecnológica no es tan evidente, como es el caso de juguetes, envases de alimentos o cosméticos, el público solía presentarse más reticente a las ventajas de adquirir un producto fabricado con NT (véase la figura 3).
En los debates de grupos orientativos, las polémicas que han generado más debate relacionadas con productos de NT han sido de carácter más ético o “filosófico”. Una pregunta que ha generado gran debate ha sido si el acceso desigual a las nuevas tecnologías crea unas condiciones y oportunidades desiguales o injustas para los individuos (como en el caso del equipamiento deportivo con mejoras desarrolladas mediante nanotecnología), o si las nuevas tecnologías están adquiriendo demasiado poder sobre los humanos (por ejemplo, que nuestros cuerpos dejen de desarrollar anticuerpos naturales como consecuencia de los efectos antibacterianos de ciertos productos desarrollados con NT). Sin duda alguna, también surgieron preguntas relacionadas con riesgos más directos que presentan los productos desarrollados con NT, como por ejemplo los efectos de cremas con nanotecnología para nuestra piel o los efectos de los nanorevestimientos para el medioambiente.
La mayoría de los participantes han adoptado una posición bastante contenida a la pregunta de si buscarían de forma activa información sobre NT una vez que se vieran interesados en ciertos tipos de productos. El público, de hecho, reconoce una cierta obligación por parte del consumidor de informarse acerca de nuevas tecnologías que por lo general desearían entender mejor; sobre todo con respecto a los beneficios y riesgos que conllevan ciertas aplicaciones y productos. Pero en el fondo el público es bastante reacio a recibir información relativa a NT, ya que la complejidad de este tema hace que no se animen a desarrollar una mayor participación. La generación de personas mayores considera el aprendizaje de nuevas tecnologías que abren caminos hacia el futuro una obligación de los más jóvenes, los cuales deben estar mejor preparados desde las escuelas (ellos son también los que dominan los nuevos caminos de información , como por ejemplo Internet). Las personas mayores, sobre todo, no creen tener la oportunidad de estar a la altura de este aluvión de nueva información, también por estar vinculados a canales de información conservadores. A su vez, no parece que los jóvenes tengan mucha voluntad de invertir más tiempo en investigar los desarrollos tecnológicos más novedosos.
Hemos observado que los niños y los programas curriculares escolares poseen un gran efecto multiplicador de diseminación de la información. Los padres a menudo entran en contacto con nueva información solamente por el hecho de que los niños les exponen a material didáctico o proyectos científicos que aprenden en el colegio. Los eventos públicos o desarrollados en vivo (como exposiciones científicas o laboratorios de calle) también han demostrado tener un efecto motivante relativamente alto a la hora de hacer que el público entre en contacto con nueva información y ciencia (ciencia que puede tocar). En general, se puede decir que existe una necesidad de que los procesos de investigación sean más tangibles, lo que conlleva volver a desarrollar confianza dejando que el público participe en información relativa a la manera en la que se investigan, desarrollan y se comercializan nuevas tecnologías.
En un siguiente paso, hemos observado una actitud bastante contenida en lo relativo a participación activa en el debate sobre NT de personas sin conocimientos específicos. Debido a la falta de conocimientos técnicos este tipo de personas prefiere no tener voz ni responsabilidad relacionadas con decisiones tecnológico – científicas. A su vez, la confianza de que los organismos oficiales podrían legislar de forma responsable y suficiente la NT es bastante escasa en todos los países (consúltese la figura 4). Para el público sin conocimientos en esta materia supone también una gran incógnita la forma en que los científicos deben tratar las incertidumbres de esta ciencia y el grado de autonomía que debe concederse a la investigación. Al final, lo único que ha quedado claro es que los efectos positivos y negativos de la NT deben investigarse en mayor profundidad, garantizándose a través de algún tipo de organismo normativo que la investigación no fuese demasiado lejos. Una amenaza importante para la toma responsable de decisiones relacionadas con NT también ha sido el vínculo constante de desconfianza general en el periodismo científico independiente y en los flujos de información neutrales. Las soluciones propuestas en los debates con el público fueron la mejor formación científica de los periodistas, la formación comunicativa de los científicos o el establecimiento de comités de múltiples partícipes con miembros de la política, ciencia y sociedad civil que garanticen el intercambio vertical de conocimientos.
Con respecto a la pregunta relacionada con las fuentes a las que las personas sin conocimientos podrían buscar información sobre nuevas tecnologías como NT, Internet es sin lugar a dudas el primer elemento de consulta (siendo Google o Wikipedia las preferencias del público, en lugar de los boletines o publicaciones científicas en línea) (consúltese la figura 5). A su vez, Internet, y sobre todo las redes sociales (en especial facebook), son las fuentes de información que se consideran menos fiables (aunque también hemos observado un problema de confianza en medios y periódicos impresos de gran difusión). Las noticias, programas y documentales científicos en TV se consideran más fiables. Por lo general, la penetración de los aspectos relacionados con NT en medios y canales de información ordinarios parece bastante modesta según la opinión pública. Lo mismo sucede con los acontecimientos públicos y las exposiciones en museos que tratan la NT.
El futuro de la participación pública en actividades científicas radica en experimentos con nuevos e innovadores canales de comunicación que incluyan elementos de participación y asuman los atributos culturales de la audiencia. En lo que respecta a contenidos, no es necesario afirmar que los desarrollos científicos deben ser dirigidos a las personas sin conocimientos en forma de historias que guarden relación con su realidad inmediata. La importancia que los avances científicos puedan tener a ojos de la ciencia son secundarios para las personas que no se dediquen a dicha actividad. En nuestra investigación hemos identificado tres tipos de grupos objetivo de información relacionada con NT, cuya motivación para recibir información es sensible a distintos elementos canalizadores. El primer grupo corresponde a personas que se consideran representantes de valores sociales y que poseen inquietudes generales relacionadas con el límite al que debe llegar la tecnología (¿tiene sentido la NT?, ¿quién la controla?, ¿qué pasa con los aspectos éticos, legales y sociales?, etc.). El segundo grupo representa al tipo de consumidor consciente que desea disponer de herramientas para ponderar sus decisiones de compra (¿en qué productos y etiquetas puedo confiar?, ¿qué procesos de estandarización existen?, ¿cuáles son los beneficios y riesgos claros de ciertos productos?, etc.). Al tercer grupo se le puede aplicar el método de aprendizaje vital, en el sentido de que el individuo responsable de sí mismo defiende su posición en la sociedad del conocimiento (¿cómo puedo seguir el ritmo que marcan los tiempos?, ¿cómo puedo informarme mejor acerca de una nueva tecnología?).
Resumen de resultados de la encuesta de opinión de Nanochannels
Una conclusión para la comunicación científica, que sirve para todos los grupos, es que existe una clara necesidad de ponerse al corriente con la difusión de información sobre NT relacionada con aspectos éticos, legales y sociales. Otra cuestión de interés vertical es la información sobre el impacto y la evaluación de riesgos de la NT que se lleva a cabo a nivel nacional, europeo e internacional.